Este año hemos vuelto a participar en el NCM (National Cordwainers' Meeting), uno de los acontecimientos más destacados del año. Suele ser la única ocasión de reunirnos con representantes de casi todos los países de la red YS Int. Por lo demás, nos comunicamos por correo electrónico, teléfono y skype a lo largo del año.
Este evento también supone mucho trabajo para los líderes y los anfitriones en cuanto a preparación, planificación y coordinación, por lo que no nos aburrimos durante los días que estamos allí. Sin embargo, también es una excelente oportunidad para reunirse cara a cara y el objetivo es encontrarse, conocerse e intercambiar recursos y experiencias. Por ello, cada año se celebra en un lugar distinto, así que este año viajamos a la ciudad ucraniana de Odesa, en la costa del Mar Negro (a casi un día de tren de Bosnia y Herzegovina).
La carrera patrocinada prevista fue un gran éxito y tuvo una gran acogida. No estábamos seguros de antemano de que fuera a funcionar, ya que no estamos acostumbrados a este tipo de eventos en países de Europa del Este. Sin embargo, el dinero recaudado superó incluso nuestras expectativas más descabelladas. La mitad de los donativos se destinará a la red YS Int, mientras que la otra mitad irá a parar a nuestro socio ucraniano Nasledie (huérfanos y niños internados en instituciones o campos de necesidades especiales, por ejemplo SNI, autismo).
Los temas de los pocos días de devociones y silencios personales se organizaron en torno al libro de Daniel. Cada vez se acercaban con brillantez diferentes reflexiones (nacionales) que ilustraban el mensaje del profeta. En pequeños grupos, llevamos los impulsos diarios más allá, hacia la aplicación personal; la convivencia nos pareció enriquecedora y también contribuyó a conocer el pensamiento (culturalmente diferente) de los demás.
Podemos hablar de la noche de oración con superlativos similares. Cada movimiento nacional de los SJ instaló un rincón y un cartel con información útil y peticiones de oración. Para mí, la oración es siempre como un pequeño anticipo de la eternidad: diferentes lenguas y culturas unidas ante el trono de Dios.
Así pues, NCM ha puesto de relieve una vez más en qué consiste la red Youngstars: dondequiera, en cualquier lengua y cultura, nuestro objetivo es proclamar el Evangelio (en nuestro caso, especialmente a los niños y jóvenes) y glorificar a Dios. Para ello, nos ayudamos y apoyamos mutuamente de diversas maneras, más allá de las fronteras.
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